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  • Foto del escritorFridays For Future Cantabria

Futuro presidente: ni un minuto para el cambio climático

Marta Edreira | Fridays for Future Cantabria


La campaña electoral exprés llegará en escasos días a su fin, y deja un sabor agrio en algunos y algunas de sus elector@s. La política, como medio para regular nuestra sociedad, debe reflejar aquellas preocupaciones significativas en la mente de l@s ciudadan@s o las que reflejen una amenaza para el bienestar de los/las mismos/as. Tengan estos carácter recaudatorio a nivel electoral o no.


A lo largo de las jornadas de debate que han tenido lugar entre los principales partidos candidatos a presidencia, se han tocado temas de alta importancia social, como la vivienda, la igualdad de género o la gestión de la inmigración. Pero hay un gran vacío que miles de personas hemos notado, y que nos ha dejado fríos al observar los diversos debates que han tenido lugar en los diferentes foros abiertos al público.


Y es que menos de un minuto es lo que han sumado en total las intervenciones de nuestro futuro mayor representante (el que fuere) en relación al cambio climático y a la protección del medio ambiente. Una pequeña mención a un posible futuro plan nacional integrado de energía y clima, y breves menciones a nuestro colectivo como “aquellos jóvenes que cada viernes se manifiestan por una justicia climática", o que reivindican que “no hay planeta B” fueron las únicas aportaciones de apenas la mitad de los candidatos en los últimos dos debates televisados.


Una muestra de buena fe de fácil ejecución, que no requiere de excesiva matización ni estudio, y por lo tanto, no roba tiempo que debe ir para otras cuestiones de mayor relevancia. Y es que tras las decenas de manifestaciones, dentro y fuera de nuestro país, de jóvenes y de mayores, debemos enfrentarnos a una triste verdad: el cambio climático puede ser una emergencia científica y social, pero sigue a la cola como emergencia política.


Y no es que faltaran espacios para ello: al mencionar la factura de la luz, el aumento de la inmigración en nuestro país, el abandono de los espacios rurales, el respeto a los derechos humanos, la acuciante realidad ambiental a la que nos enfrentamos era fácilmente integrable. De hecho, se debatió fervientemente sobre las consecuencias sociales y económicas de todos estos y otros temas. No obstante, no se produjo ni una mención en el debate que tuvo lugar ayer a una energía proveniente de una fuente responsable y renovable para todas y todos. Ni un comentario al mencionar la constitución ni la legislación internacional sobre derechos humanos, de aquel derecho fundamental que tenemos a vivir en un entorno habitable y que nos permita desarrollarnos plenamente.


Menos de un minuto. Ese es el balance en el conjunto de todos los candidatos, teniendo en cuenta todos los debates acaecidos recientemente, por parte de responsables políticos de partidos con representación en las cámaras.


Tendremos que hacer cierto aquel dicho que clamaba que lo urgente no deja tiempo para lo importante. Y tendremos también que actualizar la definición de urgente para algunos dirigentes. Que perciban la realidad de que promover una vivienda digna es incoherente cuando se ignora premeditadamente que nuestra mayor casa, la de todos, está en llamas. Que la sanidad y la educación igualitaria es un derecho inalienable e inviolable, así como lo es nuestro derecho, y el de los y las que vendrán detrás de nosotros, a tener un futuro en nuestro planeta. Y que el verdadero minuto que debe considerarse de oro no es aquel que concede más votantes, sino el que da una solución política que salvaguarde estos derechos de la totalidad del electorado.


































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